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Descuidáranse los dioses
en sus esferas divinas,
y sólo con sus esposas
gusto y gloria solicitan.

Los trabajos de la tierra
ya con los vicios se olvidan,
y por ello los Gigantes
a sus asientos subían.

Viéndose sobresaltados,
Júpiter apriesa grita,
dejando a Juno, su esposa,
y su regia y sacra silla:

¡Al arma, deidad divina!,
¡al arma, guerra!, una mujer te olvida,
mas si una mujer no vence
a un dios tan grande ¿quién vencerle puede?

[…]

¡Al arma, deidad divina!,
¡al arma, guerra!, una mujer te olvida,
mas si una mujer no vence
a un dios tan grande, ¿quién vencerle puede?

Acotaciones:

• Salen músicos con instrumentos y el viejo guardadamas.
• Salen los Músicos, y Yole, y Yolao, y Diamira.
• Cantan.

Personajes:

• Músicos [Músicos]

Instrumentos:

• [Sin instrumentos]

Comentario:

Escena diurna, exterior. Dominado por su amante Yole, Hércules ha renunciado a la aventura y se entrega a la vida cortesana. Diamira, esposa del héroe, parte despechada en su busca y para ello se disimula entre un grupo de músicos. Al encontrarse con Hércules, los músicos cantan esta canción que insta al héroe a volver a la lucha y a vencer el dominio de su amante.

Poetas:

• Mira de Amescua, Antonio

Compositores:

• [Sin compositores]

Partitura:

[Sin partitura]

Sinergias musicales:

http://hdl.handle.net/10261/202209

Grabaciones:

• [Sin grabaciones]